Decepciones de maquillaje y cosmética.

¡Buenos días!

Parece que una vez que te sueltas la melena en esto de hablar de productos con los que te has llevado un chasco, el descaro se apodera de ti y es un no parar. De hecho, aquí y aquí tenéis a las entradas que precedieron con a misma temática. Pero no siempre es fácil incluir algo en estas listas. El miedo a los apasionamientos y a perder objetividad me embarga, y por eso, y una vez más antes de ponerme a escribir, apelo a la prudencia.

En esta entrada me voy a referir a decepción en una faceta doble: como falta de funcionalidad en relación al destino de la cosa y como calidad o nivel deficiente en comparación a otros productos similares.  Cuando los reclamos del cosmético apuntan a un lado y sus efectos a otro, cuando te encuentras con un defecto insubsanable que impide aprovechar correctamente el producto, entonces cabe hablar de carencias . Y al igual que con mucho placer me gusta informaros de las cosas que me han entusiasmado, también me veo en el deber de enseñar la otra cara de moneda.

Vamos a ver a estas prendas lerendas que han hecho a este mono llevarse las manos a la cabeza...

Antes de nada, y como siempre, me gustaría aclarar que ninguno de los productos a desollar son tóxicos, peligrosos o me han producido daño alguno. Así que una vez dicho esto, ¡¡al salseo!!

Empezamos por los chicos malos del maquillaje...

Iluminador Natural Hightlighting Powder de Benecos. 

Esta es una mini reseña muy poco risueña, porque Benecos me ha roto el corazón. Llevaba meses esperando hacerme con este iluminador, que había leído en algunos blogs ingleses y alemanes que era poco menos que la Tierra Prometida (que si era muy natural y satinado, que si su aroma a coco era maravilloso...). Pues bien, ¿alguien se acuerda de aquella canción de esa guial tiene que ser mi gambina, la veo por la calle adoro como caminaaaa...? Sí, este iluminador resultó ser poco más que Purpurina.

La pega es que pigmenta regular, y que a la hora de difuminar se va todo el color champán y sólo queda la purpurina, dispersa, sin cohesión. Cuando rascas las primeras capas, el problema de la purpurina se atenúa, pero la pigmentación y la iluminación siguen siendo deficientes. Se puede utilizar un poco sobre los pómulos y queda bien en los párpados, arco de la ceja o lagrimal, pero olvídate de iluminar el puente de la nariz o el arco de cupido. Al integrarlo con la piel sólo quedarán partículas evidentes de brillo.

Lo único que tiene de natürlich schön es la el grabado de su logo de florecita en medio de la polvera, y los ingredientes, que son bondadosos. Una pena, porque creo que Benecos podría haber hecho un polvo más sedoso, cohesionado y capaz de integrarse mucho mejor en la piel sin necesidad de que desaparezca la base y queden los brillos.


Esmaltes de uñas 1 Step Gel de Wet&Wild (crime passion) y 60 Seconds de Rimmel London (it's the cherry on top).

Ambos colores preciosos, cubrientes, de buen secado y buen pincel...que aunque te los pongas con pre, post e inter base o solicos, se desconchan a la primera de cambio.  Ni fregar platos me hizo para para que los filos de las uñas empezasen a dejar asomar una parte sin pintar, como si el esmalte fuera retrocediendo solo. Y no estoy hablando de llevar días las uñas pintadas, ¡¡sino horas nada más! ¿Cómo voy a poder presumir de garras con este plan?

Llevo ya meses con ellos y siempre me pasa lo mismo. Si descubro algún truco que los mejore, avisaré, porque se trata de un rojo pasión en gel y de un cereza muy elegante que no quiero dejar en el olvido.

Lápiz de ojos Velvetline Golden Haze de Nabla.

Otro chasco de los dolorosos, porque el lápiz llevaba meses conmigo haciendo mis delicias y os hablé de él en esta entrada..

El primer susto vino cuando la textura de la mina empezó a perder cremosidad. El segundo sobresalto cuando me di cuenta de que ya no sacaba punta igual, y que la mina se había roto y soltado de la madera, de modo que me quedé con un agujeraco negro y menos de medio lápiz de golpe y porrazo. Adiós delineados con hermosos destellos dorados, y casi casi, que adiós Nabla, porque en cuestión de lápices, es la segunda vez que la marca italiana me la juega. Ahora tendré que tener mucho cuidado al utilizar el lápiz para aprovechar bien la mina que me queda. Menos mal que su compañero Bombay Black sigue al pie del cañón hecho un señor lápiz.

Espero que sea un error sólo del mío, y que realmente estos lápices estén a la altura por lo general.


Demos el salto  a los villanos de la cosmética...

Mascarilla capilar nutritiva con extracto de avena de Yves Rocher.

Este producto me lo regalaron con un pedido, pero yo a caballo regalado le miro todos los dientes. Creo que el problema de esta mascarilla está en la raíz de su concepción. Yo divido las mascarillas en dos grupos, las que se aplican pre lavado y las que se aplican cuando te estás lavando el pelo. Las primeras considero que son mucho más eficaces si son completamente naturales, mantecas, aceites, miel... , ya que las vas a llevar durante horas y tu cabello va a poder ir asimilando sus beneficios con propiedad. Por el contrario, las mascarillas post lavado, para mí funcionan mejor si además de esos fantásticos componentes naturales, llevan siliconas que los sellen en nuestro cabello. El contacto que nuestro pelo tiene con estas mascarillas es mucho menos prolongado y no habrá manera de beneficiarte de sus activos si no hay algún intermediario que los fije en nuestra melena. Sin embargo, con el desafortunado pensamiento de que las siliconas para el pelo son "altamente tóxicas" como he llegado a escuchar varias veces, las marcas aprovechan la coyuntura de la desinformación y sacan productos como este.

 Una mascarilla con una concentración media de activos que no hay manera de que se queden en el pelo por no llevar siliconas, y que no te deja la melena en buen estado.

Teniendo esto en cuenta, la estoy utilizando como mascarilla prelavado, añadiéndo aceites a granel a la fórmula original.

Exfoliante facial 1000 Roses Pearl Exfoliator de Andalou Naturals.

Se trata de un exfoliante en textura gel y con una concentración mediana de gránulos. El principal problema es que está destinado a pieles sensibles, y los gránulos, además de estar dispersos, son bastante agresivos. De manera que no exfoliamos toda la superficie del cutis, y en el lugar en que rascamos, arañamos. Teniendo en cuenta la buena experiencia con productos anteriores, me esperaba mucha más consideración por parte de Andalou Naturals hacia las pieles sensibles.

Si tu piel no es sensible, será un exfoliante normal y corriente, pero no de los que marcan un antes y un después. Toda una pena, porque las fórmulas de esta marca suelen ser una maravilla.

Desodorante en barra The Ritual of Sakura, de Rituals.

Os hablé de este desodorante en esta entrada, y me reitero en los dicho. Si bien su versión en spray es sobresaliente, la dureza y la falta de cremosidad de la versión sólida no la hacen nada agradable de aplicar. Es tan duro que hay que dar bastantes pasadas para dejar producto en la piel, no es para nada el placer que debería resultarme su uso teniendo en cuenta el precio del desorante. Con ingenio, la autora del blog Ecolecuá me recomendó ponerlo al calor, lo hice y la cosa mejoró. Pero también he de decir que lo quité pronto de ahí por temor a que las altas temperaturas alterasen las propiedades del desodorante. Lo usaré hasta que se acabé, pero jamás repetiré con la versión sólida, las axilas no están para esos trotes, sino para darles mimos y delicadeza.

Aceite de lavanda de Roches.

Este aceite pertenece a la gama de productos que vendía la muy a mi pesar desaparecida tienda Eva Edén Paraíso. Se trata de un aceite de lavanda para cuerpo y cabello. Pero no aceite esencial de lavanda (ese no se puede usar solo sobre la piel o nos haremos daño), sino la mezcla de un aceite base, en este caso, de girasol, enriquecido con aceite esencial de lavanda.

De la calidad del aceite, queja no tengo. Es un buen aceite de girasol prensado en frío y con las propiedades propias de este aceite. Pero aunque efectivamente aparezca en segundo y último puesto en su inci el aceite esencial de lavanda, el aroma de esta planta no aparece por ningún lado.

Compré este aceite para usarlo como aromaterapia y relajarme a la vez que me daba masajes, pero por falta de presencia de la lavanda, el relax no hace acto de presencia. Tampoco me atrevo yo a echarle unas gotitas extra de aceite esencial, no vaya a ser que me pase y ya perjudique mi piel, porque realmente no sé cuánto lleva el aceite base.

Sin embargo, este es el producto del que menos queja tengo. Al fin y al cabo es un aceite de calidad, envasado como tiene que ser (cristal oscuro) y encima su precio rondaba los dos euros. Mis reclamos son limitados y aún conserva mi cariño y ganas de disfrutarlo. Además, siento muchísimo el cierre de Eva Edén, y sé que esta marca con cosas tan buenas a tan buen precio no la voy a ver más.

Aquí doy por finalizados mis momentos de ensañamiento vil. En algunos casos he pecado de ingenua, en otros, la sorpresa ha venido tras largo tiempo de uso. No soy una persona excesivamente exigente o puntillosa, pero cuando adquiero algo, espero que esa cosa me haga disfrutar, y sobre todo, que cumpla dentro de sus posibilidades.  Y si no lo hacen, el monito se queda triste porque no lo han mimado como cliente ;).

¿Qué os ha parecido el repaso? ¿Coincidimos en alguna decepción? O por el contrario...¿alguno de estos productos os ha ido bien? ¡Contadme!

Un abrazo,
el mono Gretel.