Labiales Syrup y Plumful de MAC o el triunfo de la sensualidad del malva (I)

¡Buenos días!

Si hay un color que identifico con la sensualidad, ese es el malva. Con la fuerza del rojo, la coquetería del rosa y la pureza del azul, el malva en sus distintas tonalidades es belleza pura. Y pese a que en sus variantes más potentes tiene un fuerte sentido relacionado con el poder, y religioso ( y más ahora que estamos en Cuaresma), sus especies más sutiles son una oda a la feminidad. Además de dar nombre a dos plantas con sus delicadas flores (las malvas y las lilas), es el color del amanecer. Es el resultado del azulón nocturno que se diluye con los primeros rayos de sol. Es un color fuerte que nunca llegarán a ser chillón, y que sienta bien a rubias, pelirrojas y morenas, pieles claras, medias y oscuras. Que puede dorarse o platearse y adaptarse a mil combinaciones. Para mí, es el color de la mujer. No en vano, mi habitación siempre estuvo pintada de malva. Mi madre lo eligió así, pensando en los oportunos efectos de aquel dicho de "el lila a los tontos espabila y a los novios retira". Y no sé si me espabiló mucho, pero hoy inauguro sección de productos de ese color, que como ya habréis adivinado, me fascina.

Los elegidos son dos barras de labios de MAC :Syrup y Plumful.  Son bastante conocidas, y entiendo que se debe a su gran capacidad de adaptación a las distintas usuarias. Por sus tonos, son labiales básicos en un tocador, y con ellos, me estrené con los famosos labiales de MAC.
 Aunque poca presentación necesitan ya...¿Os quedáis a verlos?



Características comunes.

Ambas son barra de labios de la marca canadiense MAC, presentadas en su coqueto envase negro con detalles plateados, en forma de bala. Traen una cantidad de 3 gramos por un precio de 19,50. En el puesto de MAC de la T4 los he visto por dos euros menos, algo es algo ;).

Plumful y Syrup, de MAC.

Tanto el uno como el otro pertenecen a la gama Lustre, de acabado jugoso y cierto brillo. Enriquecidos con vitamina E. Respecto a la cobertura de los Lustre, yo personalmente no la encuentro baja, sino media. Aunque al igual que la duración o la facultad de teñir o no el labio, dependerá del labial.
Respecto a olor avainillado que tanto se predica de estas barras, para mí no es demasiado perceptible. Y menos con el uso continuo.

Vamos con sus colores. Malvas, por supuesto.

Plumful y Syrup, respectivamente. Una vez puestos, los matices rosados ceden en favor de un malva sutil.

Syrup.

Syrup, MAC.

Para mí es el nude  por excelencia. Y en especial, el nude perfecto de las pieles claras/medias.
Malva rosado y dulce con una levísima pátina en plata, para goce y deleite de los labios finos, pues a mi parecer, les aporta volumen.
Syrup tiene el color de los atardeceres estivales en la playa, cuando el verde de las aguas empieza a rosarse y platearse, antes de que llegue la luna y trace el llamado "caminito de Santiago" en el mar.
Realza con discreción la piel morena y jamás resultará estridente en una más blanquita.
El acabado es jugoso, ligeramente brillante, ¡lustroso! Ese malva pálido es el compañero perfecto de un ahumado potente en negro o gris. Pero también para cuando maquillamos los ojos de verde, azul o marrón.
Es un color básico porque se puede llevar en cualquier ocasión. Pero no por ser básico es menos especial.
Ahora, he de advertir que es una barra de labios que cambia dependiendo de la pigmentación de los labios de quien la lleve. Por eso es imprescindible probarla. De hecho, yo la compré pensando que me quedaría de una manera diferente (tras ver reseñas en blogs) de la que realmente me queda.
Syrup es un labial cremoso sin ser escurridizo (gracias a Dios), que mejora el aspecto de un labio maltratado, será difícil que marque arruguitas o pellejos. Por eso es un producto agradecido.
Además es de esos labiales que por su color y textura, lo podemos reaplicar en cualquier sitio, sin gran ceremonia ni atención, y sin miedo a equivocarnos cuando no tenemos buen pulso.

No tiñe el labio, y su duración (sin comer) es media, puede que tirando a baja. Pero como dije, se retoca fácilmente y con discreción.

Plumful.

Un ciruela lila, como señala ya su nombre. Incluso puede apreciarse cierta tonalidad vino, clara.  Para las que no se atreven, no les sienta bien, o no ven adecuado para la ocasión un ciruela vamp, esta barra es la solución. De subtono rosa, es una modalidad afrutada de malva, como el ligero color que dejan los arándanos en los labios o en las recetas de cocina donde son los protagonistas.  Sin llegar a ser estridente, tiene mucha personalidad pues nadie dejará de notar que llevamos los labios pintados.
Es bastante más potente que Syrup, y aunque sigue siendo dulce, hay que rebajar la intensidad del maquillaje de ojos con él, para que no pierda protagonismo (bueno, eso dependerá del gusto de cada una).
Su textura también es cremosa, se desliza de maravilla. Cobertura e intensidad modulables. 
Tiñe el labio, y diría que la duración (sin probar bocado) es media alta. 
Es un labial que tenía muchas ganas de tener, de hecho, fue el primero, y como tal lo recordaré.
Me aporta el punto atrevido y travieso de un color llamativo, sin que note que transforme mis rasgos, como hacen otros labiales más potentes.
A los ojos oscuros les aporta (como todo malva) un aire de misterio y seguridad. Si tenéis los ojos claros, el contraste será precioso. Y eso que a mí los contrastes en el maquillaje no me gustan demasiado, porque busco la armonía, la sencillez y la delicadeza para mi día a día.


En definitiva, se trata de un par de labiales de calidad, cuyos tonos son auténticos y favorecedores todoterreno.
Cuando constato que producto me gusta, voy a lo seguro y no arriesgo buscando similares. Y en este caso puedo afirmar que con ambos repetiría.

¿Qué os inspira el color malva? ¿Sois de invertir en tonos nude o más potentes?

Un abrazo,
el mono Gretel.