Planeta Organica | Mantecas corporales de chocolate y miel de manuka.

¡Buenos días!

Esta entrada, que se se escribió en un bucólico viaje en tren un precioso 22 de diciembre, estuvo a punto de no ver la luz. A la pobrecita, la culpé de males de los que era inocente, pensaba que tanto recrearme en cosas materiales había tenido castigo y no quería ni verla. Pero llegó Maquillando al lobo azul, y como un hada madrina rompió el maleficio al hablar de la manteca negra africana de la misma marca. 

¿Pero cómo no iba a hablar de estas delicias hechas manteca? ¿De estos postres corporales?

Y así, este pequeño homenaje a la cosmética rusa viene dulce, como las tabletas Alionka o unos bliní calentitos rellenos de tvórog. 

Planeta Organica, como os decía, es una marca de cosmética que tiene su origen en Rusia. Pero que se sirve no sólo de los ingredientes y recetas tradicionales de su tierra, sino que incorpora a sus productos componentes de cualquier rincón del planeta que merezca su atención. Cuenta con certifiados de calidad como ICEA, ECOCERT o BDIH. Hasta donde yo sé, su cosmética está orientada al cuidado corporal y capilar, y ahora vamos a ver dos de sus mantecas.

CREMA CORPORAL DE CHOCOLATE 

ORGÁNICO.

 Organic Вutyrospermum parkii (aceite orgánico de karité), Organic Theobroma Cacao Seed Butter (aceite orgánico de cacao), Coffea Arabica Seed Oil (aceite de café verde), Prunus Amygdalus Dulcis Oil (aceite de almendra), Cananga Odorata Flower Oil (aceite de ilang-ilang), Vanilla Planifolia Fruit Extract (extracto de vainilla), Citrus Aurantium Amara Flower Extract (extracto de nerolí), Tocopherol (vitamina E).

Así reza el título de la crema, que más que crema, es un manteca. Y no cualquier manteca, sino el plato fuerte de esta entrada.

Estamos ante una manteca corporal densa, de textura compacta, que al extenderla y mansajerla en la piel se transforma en crema-aceite. La primera impresión que deja huella de este producto, es su tremendamente intenso aroma a chocolate. Goloso, delicioso, empalagoso...¡¡te hace sentir como la más rica de las tostadas!! Tras su uso, sufres el riesgo de ser comida a bocados por algún amante del chocolate que se cruce en nuestro camino, (O repeler a sus detractores, todo sea dicho).

Pero más allá de las reminiscencias del amarronado alimento afrodisíaco, esta manteca tiene unas virtudes ejemplares. En primer lugar destaca su acción nutritiva. De ello se encargan con eficacia la manteca de karité y la de cacao, orgánicas, puras, crudas, sin refinar. y el aceite de almendra californiana. La peor pesadilla de la supervivencia de nuestras estrías y descamaciones.

En segundo lugar (y para mi sorpresa, ya que yo la compré cegada por la palabra chocolate), es su acción tonificante y reafirmante. Para ello se vale del aceite de café verde, que coadyuva a reactivar la circulación y es conocido por su poder antioxidante.

Para mimarnos más aún, la fórmula incluye aceite de ylang-ylang (flor de cananga, para combatir el estrés y dar textura apta para masajes), extracto de vainilla (otro relajante natural y usado en casos de dolores musculares ) y neroli (con propiedades antisépticas, desodorantes e hidratantes).

La vitamina E, actúa como conservante de toda esa maravillosa fórmula, además de ser un extra en el cuidado de nuestra piel.

En definitiva, su uso es una auténtica delicia que te transforma en bomboncito con cada aplicación. Ni que decir tiene que deja la piel nutrida, elástica y confortable. Por su aroma podría clasificarlo como básico de invierno, pero me da a mí que va a ser favorito todo el año.

Viene presentado en un bote de rosca de 300 ml y su precio ronda los 11 euros en Cremitas Verdes.

CREMA CORPORAL CON MIEL DE

 MANUKA .

Organic Вutyrospermum parkii (aceite orgánico de karité), Mel (miel de manuka australiana), Propolis (propóleo de flores), Hyssopus Officinalis Leaf Extract (extracto de hierba de abejas), Organic Juglans Regia Seed Oil (aceite orgánico de nuez), Medicago Sativa Extract (aceite de alfalfa), Tocopherol (vitamina E), Hippophae Rhamnoides Oil (aceite de espino amarillo).

Espero que no estéis empachadas, porque la cosa se pone más dulce si cabe. Que tiemblen Nuxe y Apivita, porque nunca antes me había topado con un cosmético natural a base de miel tan conseguido.

De nuevo, estamos ante una manteca corporal sólida de primeras, que se convierte en aceite al contacto con la piel.  El aroma a miel es envolvente, está muy presente, pero no es tan intenso como su compañera de chocolate. Cautiva pero no atrapa.

El aroma delicioso no es lo único que comparte con la anterior, sino que también la manteca de karité encabeza su inci, dotándola de gran capacidad de nutrición. Le toma el relevo en segundo lugar la miel de Manuka, que no sé en qué se diferenciará de la de la Alcarria, pero está muy presente en la cosmética natural y cuenta con propiedades antioxidantes y antisépticas. El propóleo y la cera de abejas terminan de coronar las bondades de la apicultura en nuestra piel. La cera de abejas actúa como excipiente y aporta propiedades cicatrizantes, emolientes y antiinflamatorias. Por su parte, el propóleo, en su uso tópico, también ayuda a cicatrizar, y a que la piel no se "corrompa" (ya era usado como uno de los componentes de la técnica del embalsamamiento).

También nos encontramos en este dulce camino aceite de nuez (rico en ácidos grasos omega 3), alfalfa (cuyo uso es controvertido en determinadas situaciones, pero es rico en vitamina C, taninos y carotenos) , espino amarillo (combate la flacidez) y vitamina E.

Viene presentada en un tarro de rosca de 300 ml, y su precio ronda los 12 euros en Cremitas Verdes.

AVISO IMPORTANTE: no son mantecas para ser usadas con prisas. Requieren su ciencia y paciencia, es decir, su masaje para poder extenderlas. Tampoco son para vestirse inmediatamente cn ropa de calle ajustada. Son un bocadito gourmet para las que disfrutan del momento post ducha con tranquilidad.

Como conclusión, me encantan y las recomiendo a las amantes de los masajes, mimos y rutinas. Así como a aquellas que les gusten los aromas naturales y envolventes, y no sólo en repostería. Sin duda alguna, la tierra de Tolstoi y Pushkin se está poniendo a la cabeza de la belleza natural.

¿A alguien le va apeteciendo un dulce? ;).

Un abrazo, 

el mono Gretel.