Decepciones y falta de entendimiento | Productos que no volveré a comprar.

¡Buenos días!

 En una sociedad sobre saturada de información donde no faltan las personas que se suben a cualquier carro, teoría conspiratoria o corriente (cuanto más oriental, parece que mejor), la prudencia es una cualidad que valoro infinitamente. Por eso me cuesta mucho afirmar y negar con contundencia, y más en el mundo cosmético de aficionada, donde las necesidades y gustos son tan variados. Sin embargo, hoy me he visto arrastrada por la tentación, y aunque me guste poco, os presento  a cuatro prendas lerendas que me han dejado bien chafada.

Altas expectativas, la curiosidad que mató al gato...nada nuevo bajo el sol en este tipo de chascos. Además, las decepciones han venido de marcas consolidadas, pero claro, parte de la consolidación en el mercado de estas marcas ha de agradecerse más a sus expertos en publicidad y diseño que a sus químicos.

También, he de admitir algo,  falta de entendimiento. Me niego a pensar que estos cosméticos sean un desastre de principio a fin, sino que no he dado con ellos en el momento adecuado o mi falta de conocimientos no me deja sacarles  el máximo partido.  En cualquier caso, mi encuentro con ellos ha sido poco provechoso.

Vamos a ver a este grupito más de cerca...

Bathina, de Benefit (Sephora).

A más de una no le sorprenderá encontrar a Benefit en la categoría "decepciones", porque sus precios, diseños y excelente publicidad nos han inflado las expectativas más de una vez, para acabar como un globo pinchado.

Pero yo era muy jovencita cuando me encontré con Bathina, estaba al otro lado del Atlántico y Benefit siendo tan precioso como es, aún no era caro. La tormenta perfecta para caer.

Bathina es un bálsamo corporal que sirve como iluminador para el cuerpo (nunca para rostro). Promete embellecer piernas sin medias, hombros, brazos, escote. Tiene un color rosa carne y microscópicas partículas doradas que no se llegan a apreciar una vez extendida la crema. Se aplica en círculos con la preciosa esponjita-borla que acompaña la lata o con las manos (o con brocha incluso). Está recomendada para lucir piernas en verano, pero la verdad es que blanquea más que ilumina. Igual pasa donde la apliques. O blanquea la zona o apenas se nota. Y aunque podría quedar bonito en una piel muy blanca, el efecto no es duradero.

No hidrata ni nutre, sólo tiene un par de ingredientes decentes justo al final de la lista (aceite de jojoba y aloe vera), pero su proporción es ínfima. Descartada también como crema corporal de uso diario.

Como punto positivo puedo decir que cunde mucho, además de que la cajita es preciosa y se presta a ser reutilizada o a decorar.  El olor a fresa también es muy agradable. Pero creo que estos puntos no compensan los más de 30 euros que vale actualmente. Recientemente he descubierto que existe su versión en pulverizador, pero de esa no os puedo hablar.

Prebase "Jasmine Iris Oil Control Primer" de Pacifica (iherb).

Una prebase con unos ingredientes maravillosos, naturales, respetuosos, sin una sola silicona...pero que pasa por el rostro con más pena que gloria. No disinula poros, no evita brillos y tampoco fija el maquillaje de una manera extraordinaria. Es más, la textura es demasiado oleosa (pese a estar destinada a controlar la grasilla facial).

Una vez asentada la piel visualmente no cambia (poros, arruguitas...siguen ahí), pero al tacto se nota más suave y aterciopelada. Pero a mí, sólo por ese tacto no me compensa.

Es muy probable que su uso continuado, si eres de las que te maquillas a diario, sea mucho más ventajoso que una prebase llena de siliconas y aceites minerales. Pero si no es tu caso y realmente necesitas prebase, para un maquillaje puntual busca alguna menos natural y más siliconada, el resultado es inmediato.

Con el tiempo me estoy dando cuenta de que para mí, la mejor prebase es una piel cuidada, limpia y correctamente acondicionada con rutinas diarias. Pero si os interesan las prebases, aquí os dejo una entrada que hice sobre las que me han gustado.

Magic Pencil, de Nabla (Maquillalia).

Este lápiz lo tenía todo para ser perfecto: prometía servir como iluminador, para agrandar la línea de agua y ¡hasta corregir pequeñas imperfecciones! Y teniendo en cuenta las buenas opiniones que encontraba sobre Nabla, no era plan de ponerme quisquillosa...Pues me tuve que poner.

Como iluminador puntual no sirve. Si te pintas con él, se queda en la piel (arco de cúpido, de la ceja...) un rayajo muy evidente y raro. Si lo difuminas, se pierde.

Como corrector de algún granito o peca puede servir, pero pasa lo mismo, que parece que llevamos un rayajo de in infante de preescolar.

Con cuidado, me gusta para extenderlo sobre el páparado móvil y raras veces para la línea de agua, ya que no se queda aplicado de manera uniforme.El resultado final es que es un producto que prometía mucho y que apenas uso...

De todas maneras, existen muchos tipos de opiniones positivas sobre este lápiz y además, ahora se puede encontrar en más tonos.


Contorno de ojos cremigel de gingseng siberiano, de Natura Siberica (Krous).

Natura Siberica es una marca que, aunque en ocasiones subidita de precio, no suele dar malos resultados. Trabaja con buenos (y exóticos) materiales, hasta donde yo sé es solidaria fomentando el desarrollo de algunas comunidades siberianas y cuenta con varios sellos de cosmética ecológica y otros tantos de calidad. Que V. Putin con su carilla picarona fuerce la industria es otro cantar...Bromas aparte, este contorno no me ha gustado nada. Al principio engaña, porque la textura es verdaderamente ligera, se absorbe en un momento y deja una sensación de frescor estupenda. Lo malo viene al paso de las horas que empiezo a notar bastante tirante la zona.

Por mi edad (26) y necesidades mi contorno de ojos aún no es problemático. No tengo piel sensible ni ojeras,  aunque en mis peores momentos pueden aparecer las bolsas algo hinchadas. Y tampoco veo la necesidad de usar uno distinto para el día y para noche. Pero es que a este producto no le encuentro su lugar en mis rutinas.

Quizás sea una buena apuesta para pieles muy jóvenes o con el contorno muy graso...quizás, quizás, quizás.  Viene presentado en un bote muy higiénico con dosificador, trae 30 ml y cuesta alrededor de 15 euros en tiendas Krous.,No los vale por sus resultados.

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Hasta aquí mis decepciones. Por suerte, no han sido muchas ni han tenido consecuencias nefastas (salvo para el bolsillo, claro). No he tenido con ellos reacciones alérgicas u otro tipo de problemas, como me pasó con algunos cosméticos en mi primera entrada sobre decepciones.   Pero siempre quedará la duda de si son realmente malos productos o falta de comprensión sobre su uso por mi parte... Me pierde la prudencia. En todo caso, aquí estaba este cerdito tan simpático que me ayudó a hacer más llevadera la crítica...¡y que en más de una ocasión refleja mi cara de enfado!  ;).

¿Os ha ido bien con alguno de estos productos? ¿Habéis tenido experiencias poco satisfactorias con cosméticos últimamente?

Un abrazo,
el mono Gretel